martes, septiembre 27, 2005

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Nuestra vida en común parece trama de novela posmoderna o película de Lynch. Las caseras son una pareja de hermanas ciegas cuyo padre les heredó este edificio. El departamento era antes un local de “masajes”. Antes de habitarlo, una señora con un brazo amputado a la altura del codo nos ayudó a hacer la limpieza. El niño de la vecina llora todo el tiempo, y en las noches su llanto se confunde con los maullidos de un gato. Esto sin contar las peculiares circunstancias que rodearon nuestra relación desde que nos conocimos hasta que nos casamos, en una boda avant-mex bastante divertida.

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