Me acerqué al libro La niña del pelo raro solo por el título, eso a mediados del 2002. Un par de años después lo compartí con Tania y le gustó mucho. Desde entonces, además de las relecturas, este se convirtió para nosotros en una especie de fetiche, al grado de usarlo como ‘escondite’ de dinero durante el tiempo que hemos vivido juntos. Después me encontré reportajes y ensayos sueltos en internet, pero nunca tuve la oportunidad de saber algo más sobre su vida e ideas personales. En el pasado lote de saldos del Auditorio Nacional nos topamos con un ejemplar Oblivion y lo compramos de inmediato; fue a finales de agosto que empecé a leerlo, y al momento está en el proceso. Al enterarme de la fatídica noticia sentí que la pérdida era relativamente cercana. Me sentí extrañado. ¿Tendremos que cambiar de escondite para los billetes de emergencia? Aquí la página memorial de la revista Harper's en honor a DFW donde se incluyen textos del mismo, escaneados de números pasados en formato PDF.
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