Los bibliófilos conocemos perfectamente el olor que desprenden las páginas de un libro nuevo o viejo; es una esencia excitante que trae recuerdos e invita a lectura, aunque técnicamente se trata de la descomposición las fibras del papel por la acidez del material. Con el advenimiento de los libros electrónicos se perderá este elemento imprescindible de la experiencia, a menos que la marca ficticia Smell of Books pueda materializar sus productos: aerosoles que imitan la fragancia de libros nuevos, polvorientos e incluso el especial para ambientar 'novelas para mujeres', cuya advertencia reza: Este producto no deberá usarse con libros de no-ficción, novelas de James Bond o trabajos de Hunter S. Thompson. El catálogo completo aquí.
viernes, abril 17, 2009
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1 comentarios:
3:51 p.m.
Jajajajá.
Yo quiero el de libro viejo, como polvoso, me lo imagino.
Saludos!
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