En 1963, la inglesa Lynn Smith, de 15 años, recibió una de las más grandes sorpresas de su vida: una carta escrita por George Harrison, su Beatle favorito. En ella, además de hablar sobre la timidez de Ringo Starr y admitir equivocarse durante la grabación de una canción, la estrella le hace una peculiar petición redactada en la postdata: "No nos gustan los jelly babies" (dulces de gelatina con forma de niños o animales). Al mencionar en una entrevista que estos eran los caramelos favoritos de The Beatles, los fans tenían por costumbre arrojárselos al escenario durante las presentaciones, de tal manera que en una ocasión llegaron a alcanzar a Harrison, por lo que añade en la misiva "Además es peligroso. Un día me dio uno en el ojo y no es gracioso." Las tres hojas de papel membretado están valuadas en 1,200 dólares.
lunes, mayo 18, 2009
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2 comentarios:
1:16 p.m.
uau.
4:29 p.m.
Reliquia total.
Aunque también yo la subastaría/vendería. Digo, algo hay que comer
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